Los revestimientos naturales que se han utilizado en el interior de la vivienda la dotan de calidez.
La vivienda, en su fachada posterior, dispone de un patio interior que recuerda que forma parte de la montaña. Además, este elemento proporciona ventilación en épocas del año cuando la climatización no es necesaria.
Los acristalamientos están dotados de control solar, imprescindible con esta orientación. Así se puede prescindir de persianas y disfrutar completamente de las vistas.